jueves, 9 de septiembre de 2010

ENSAYO DOCUMENTO CONCLUSIVO V CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE


SEMINARIO DIOCESANO NUESTRA SEÑORA





DISCIPULOS Y MISIONEROS, OBREROS DEL REINO DE DIOS

Jesucristo es la « buena nueva » de la salvación comunicada a los hombres de ayer, de hoy y de siempre; pero al mismo tiempo es también el primer y supremo evangelizador. La Iglesia debe centrar su atención pastoral y su acción evangelizadora en Jesucristo crucificado y resucitado. Todo lo que se proyecte en el campo eclesial ha de partir de Cristo y de su Evangelio. Por lo cual, la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe debe hablar cada vez más de Jesucristo, rostro humano de Dios y rostro divino del hombre. Este anuncio es el que realmente sacude a los hombres, despierta y transforma los ánimos, es decir, convierte. Cristo ha de ser anunciado con gozo y con fuerza, pero principalmente con el testimonio de la propia vida.

Cada cristiano podrá llevar a cabo eficazmente su misión en la medida en que asuma la vida del Hijo de Dios hecho hombre como el modelo perfecto de su acción evangelizadora. La sencillez de su estilo y sus opciones han de ser normativas para todos en la tarea de la evangelización. En esta perspectiva, los pobres han de ser considerados ciertamente entre los primeros destinatarios de la evangelización, a semejanza de Jesús, que decía de sí mismo: « El Espíritu del Señor [...] me ha ungido. Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva » (Lc 4, 18).

El amor por los pobres ha de ser preferencial se debe, en parte, a un planteamiento del cuidado pastoral de los pobres con un cierto exclusivismo. Los daños derivados de la difusión tanto políticos, como económicos, sindicales, militares, sociales o culturales, muestran la urgencia de una evangelización de los mismos, la cual debe ser alentada y guiada por los Pastores, llamados por Dios para atender a todos. Es necesario evangelizar a los dirigentes, hombres y mujeres, con renovado ardor y nuevos métodos, insistiendo principalmente en la formación de sus conciencias mediante la doctrina social de la Iglesia. Esta formación será el mejor antídoto frente a tantos casos de incoherencia y, a veces, de corrupción que afectan a las estructuras sociopolíticas. Por el contrario, si se descuida esta evangelización de los dirigentes, no debe sorprender que muchos de ellos sigan criterios ajenos al Evangelio y, a veces, abiertamente contrarios a él. A pesar de todo, y en claro contraste con quienes carecen de una mentalidad cristiana, hay que reconocer « los intentos de los dirigentes por construir una sociedad justa y solidaria.

La iglesia es inseparable de Cristo porque el mismo la fundo por un acto expreso de su voluntad, sobre los doce cuya cabeza es Pedro constituyéndola como sacramento universal y necesario de salvación mediante la transmisión del evangelio, ella prolonga en la tierra fiel a la ley de la encarnación visible, la presencia y acción evangelizadora de Cristo edificad sobre Pedro a la cual el mismo señor llama “mi iglesia” en el que el mensaje de Jesús tiene su centro en la proclamación del reino de dios que en el mismo se hace presente y viene de Dios reina mediante su gracia y amor venciendo el pecado y ayudando a los hombres a crecer hacia la gran comunión que les ofrece en Cristo .tal acción de dios se da también en el corazón de hombres que viven fuera de la ámbito perceptible de la iglesia lo cual significa en modo alguno que la pertenencia a la iglesia sea indiferente

A lo largo de la historia de la iglesia y especialmente en Latinoamérica han resaltado sucesos importantes que busca comprender el gran misterio de Dios en los pueblos, es por eso que sea llevado a cabo en tiempo atrás otras conferencias que han sido recibido con expectación por algunas comunidades eclesiales, pero también en medio de un gran silencio por parte de la opinión pública general.los tiempos han cambiado en donde hubo gran interés por la reflexión de los Obispos y por la difusión, estudio y profundización de los Documentos conclusivos. En nuestro entorno los católicos nos encontramos indiferentes y preferimos encontrar en otras cosas lo que buscamos.

A pesar de que las demás conferencias han tomado importancia en su tiempo la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe aparecida, ha tomado otro rumbo en donde sus propuesta están retumbando en los cristianos.los ministros de la iglesia resaltan y día tras día toman nuevos caminos en el anuncio a un mundo donde en medio de convulsiones mundiales graves como: las grandes ideologías han caído, el fantasma de la guerra regresa con bríos e innovadores mecanismos; el terrorismo se constituye en amenaza real, a la vez que discurso legitimador de la ambición de algunos poderosos; el abismo entre pobres y ricos se ensancha y la crisis ecológica se hace global; la ciencia crece en sus pretensiones y el desencanto se apodera de las personas; autoritarismos se renuevan y ocupan nuevos espacios. La Iglesia, en este clima, parece que deja paulatinamente de ser portadora de Buenas Noticias.

La V Conferencia del Episcopado se preparó para enfrentar, con la novedad del Evangelio, dichas transformaciones. Y fue impulsada por el Papa Benedicto XVI una manera particular de ver la realidad cuando en su Discurso Inaugural dijo: “Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable, no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad”

La gran tarea de la iglesia es alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo. Esto conlleva seguirlo, vivir en intimidad con Él, imitar su ejemplo y dar testimonio. Todo bautizado recibe de Cristo, como los Apóstoles, el mandato de la misión: “Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará” (Mc 16, 15). Pues ser discípulos y misioneros de Jesucristo y buscar la vida “en Él” supone estar profundamente enraizados en ‘el preguntarnos ¿Qué nos da Cristo realmente? ¿Por qué queremos ser discípulos de Cristo? Porque esperamos encontrar en la comunión con Él la vida el verdadero significado de su nombre en el que su gloria como rey de reyes resaltada en su pasión, muerte y resurrección busca encontrarnos como llamados hacer fieles en su seguimiento y a entregar por la vida al servicio del su rebano que Dios es realidad del horizonte que los discípulos deben seguir y no encontrarnos con caminos equivocados y con recetas destructivas reconociendo: sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano. Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad.

Cuando el discípulo llega a la comprensión de este amor de Cristo “hasta el extremo”, no puede dejar de responder a este amor si no es con su entrega semejante el encuentro con Dios es, en sí mismo y como tal, encuentro con los hermanos, un acto de convocación, de unificación, de responsabilidad hacia el otro y hacia los demás.

En este esfuerzo por conocer el mensaje de Cristo y hacerlo guía de la propia vida, hay que recordar que la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana La voluntad salvífica de Dios respecto al humanidad enterase ha manifestado y realizado de modo único y definitivo en el misterio de Jesús .el Concilio Ecuménico Vaticano II ha reafirmado con énfasis que:” Jesús es el salvador único y universal de la humanidad entera la gracia de Cristo es la causa constitutiva de la salvación de toda la humanidad fuera y dentro de la iglesia”. Jesucristo permanece como salvador del mundo: cuanto hay bueno y verdadero entre ellos la iglesia lo juzga como una preparación del evangelio otorgado por quien ilumina a todos los hombres para que al fin tengan vida.



En su existencia terrenal Jesús llamo a los discípulos a “vivir “con él invitándolos a su seguimiento a su imitación y a la plena comunión y oración en el apostolado y en el sacrificio en la cruz .comparándose el mismo con la vid y los discípulos, Jesús afirma; permaneced en mí y yo en vosotros .como el sarmiento no puede dar frutos por si, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mi .yo soy la vid vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él ése da fruto abundante, porque sin mí no podéis hacer nada (…) permaneced en mi amor (jn15, 4-9) sin comunión con Jesús no existe apostolado y no hay participación en la vida divina la eucaristía es el sacramento de la comunión con Jesús en la tierra: quien come mi carne y bebe y sangre habita en mí y yo en el.

El seguimiento es la experiencia y la elección de Cristo como maestro significa estar con él (mt1, 17). Para formar al discípulo y sostener al misionero en su gran tarea, la Iglesia les ofrece, además del Pan de la Palabra, el Pan de la Eucaristía a este respecto nos inspira e ilumina la página del Evangelio sobre los discípulos de Emaús

Anunciara a los pueblos que Dios nos ama, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas que sostiene a la iglesia y la hace partícipe de su infinito amor entregado a los hombres y al tener la imagen del primer Adán pero que la hemos encontrado en su máximo esplendor en Jesucristo nuevo Adán entregado como cordero en la salvación de los hombres. Los misterios de Cristo han sido entregados a la iglesia por lo que es llamada a cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes y que en los discípulos se reconoce en su generosidad y entrega al servicio recordado en los evangelios. El encuentro con el Señor produce una profunda transformación de quienes no se cierran a Él. El resultado será el mismo que se verificó en el corazón de los samaritanos, que decían a la mujer: « Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo » (Jn 4, 42). La Iglesia, que vive de la presencia permanente y misteriosa de su Señor resucitado, tiene como centro de su misión « llevar a todos los hombres al encuentro con Jesucristo ».

La presencia del Resucitado en la Iglesia hace posible nuestro encuentro con Él, gracias a la acción invisible de su Espíritu vivificante.se realiza en la fe recibida y vivida en la Iglesia, cuerpo místico de Cristo. En, pues Aparecida, tiene esencialmente una dimensión eclesial y lleva a un compromiso de vida. En efecto, encontrar a Cristo vivo es aceptar su amor primero, optar por Él, adherir libremente a su persona y proyecto, que es el anuncio y la realización del Reino de Dios.

El llamado suscita la búsqueda de Jesús: « Rabí —que quiere decir, “Maestro”— ¿dónde vives? Les respondió: “Venid y lo veréis”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día » (Jn 1, 38-39).Ese quedarse no se reduce al día de la vocación, sino que se extiende a toda la vida. Seguirle es vivir como Él vivió, aceptar su mensaje, asumir sus criterios, abrazar su suerte, participar su propósito que es el plan del Padre: invitar a todos a la comunión trinitaria y a la comunión con los hermanos en una sociedad justa y solidaria. El ardiente deseo de invitar a los demás a encontrar a Aquél a quien nosotros hemos encontrado, está en la raíz de la misión evangelizadora que incumbe a toda la Iglesia, pero que se hace especialmente urgente hoy en Latinoamérica y en el Caribe.


El legado de los discípulos es el motor que satisface la iglesia y reconoce los grandes cambios que hoy en día vive la sociedad y que se debe mirar la realidad de los pueblos latinoamericanos y Caribeños. La novedad de estos cambios, a diferencia de los ocurridos en otras épocas, es que tienen un alcance global que, con diferencias y matices, afectan al mundo entero. Habitualmente, se los caracteriza como el fenómeno de la globalización. Un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la tecnología, que han perturbado el entrono social de un mundo que cada día se sumerge pero que buscan infatigablemente el rostro de Dios y el poder descubrir los designios amorosos y paternales la realidad social resulta demasiado grande para una conciencia que, teniendo en cuenta su falta de saber e información, fácilmente se cree insignificante, sin injerencia alguna en los acontecimientos, aun cuando sume su voz a otras voces que buscan ayudarse para encontrar una adecuada solución. Las personas busquen denodadamente una experiencia de sentido que llene las exigencias de su vocación, allí donde nunca podrán encontrarla en su cultura puede volver a encontrar su centro y su profundidad, desde donde se puede mirar la realidad en el conjunto de todos sus factores, discerniéndolos a la luz del Evangelio y dando a cada uno su sitio y su dimensión adecuada. Para el Concilio Vaticano II “la historia de la evangelización cristiana ha sido y debe seguir siendo un proceso continuo de adaptación culturales, de diálogo con las culturas, de intercambio vital con las diversas culturas de los pueblos y de esta manera se garantizar los derechos sociales, culturales y solidarios, resulta en perjuicio de la dignidad de todos, especialmente de quienes son más pobres y vulnerables”

.En el contexto actual ¿cuáles son los pilares contenidos esenciales que se encuentra en la base de las imágenes de Jesucristo en Latinoamérica y el Caribe? Es el rostro de Jesús que nos entrega la iglesia en su concreta experiencia de fe de apostolado da testimonio de salvación por parte del pueblo de Dios, se funda en realidad sobre el reconocimiento de Cristo como hijo de Dios encarnado, muerto y resucitado por nuestra salvación único salvador que ha permitido que sea reconocida socialmente en muchas ocasiones como una instancia de confianza y credibilidad en su empeño a favor de los pobres y su lucha por la dignidad de cada ser humano han ocasionado en muchos casos, la persecución y aun la muerte de algunos de sus miembros a los que consideran testigos de fe como los santos y santas quienes entregaron su vida para dar lo mejor al servicio de los que le necesitan, esto es conmemorar y encontrarnos con muestra realidad y percibir que muchos que se dicen llamar cristianos no han reconocido en su corazón la grandeza de dar al mas necesitado.la conferencia comunica a través de los discípulos y misioneros la tarea que espera como mensajeros en el anuncio de la buena notica que ofrece Cristo para reconocerle como aquel buen pasto La tarea no solo es de los ministros y de aquellos que hacen parte de la iglesia, la tarea es para cada persona que sienta en su corazón ser un discípulo al servicio de las familias como cuna de la fe en donde Dios reconoce en lo más complejo la unidad y entrega sus enseñanzas a los padres para que desde su ambiente sean anunciadores y pescadores de almas, las pequeñas comunidades de fe como grupos apostólicos los cuales permiten encontrarse con el misterio de Cristo desde un perspectiva pastoral donde se esfuerzan para transformar de manera efectiva el mundo según Cristo de esta manera el crecimiento de la iglesia contribuye al mejoramiento de la sociedad en muchos de sus aspectos. El mundo de la educación es un campo privilegiado para promover la inculturación del Evangelio. Sin embargo, los centros educativos católicos y aquéllos que, aun no siendo confesionales, tienen una clara inspiración católica, sólo podrán desarrollar una acción de verdadera evangelización si en todos sus niveles, incluido el universitario, se mantiene con nitidez su orientación católica. Los contenidos del proyecto educativo deben hacer referencia constante a Jesucristo y a su mensaje, tal como lo presenta la Iglesia en su enseñanza dogmática y moral. Sólo así se podrán formar dirigentes auténticamente cristianos en los diversos campos de la actividad humana y de la sociedad, especialmente en la política, la economía, la ciencia y el arte. En este sentido,
Como fruto y expresión de la comunión entre todas las Iglesias particulares de América latina y del Caribe reforzado ciertamente por la experiencia espiritual de la Asamblea sinodal, se procurará promover congresos para los educadores católicos en ámbito nacional y continental, tratando de ordenar e incrementar la acción pastoral educativa en todos los ambientes.

La Iglesia de América latina y del Caribe para cumplir todos estos objetivos, necesita un espacio de libertad en el campo de la enseñanza, lo cual no debe entenderse como un privilegio, sino como un derecho, en virtud de la misión evangelizadora confiada por el Cristo. Además, los padres tienen el derecho fundamental y primario de decidir sobre la educación de sus hijos y, por este motivo, los padres católicos han de tener la posibilidad de elegir una educación de acuerdo con sus convicciones religiosas

La iglesia debe estar equilibrada acorde a los nuevos retos que en día de hoy se centran en la falta de amor entre los hombres y la falta de compromiso por parte de muchos que tiene la posibilidad de ayudar en pos de los demás. La nueva evangelización, en la que todo el Continente está comprometido, indica que la fe no puede darse por supuesta, Este es el objetivo principal de la catequesis, la cual, por su misma naturaleza, es una dimensión esencial de la nueva evangelización. La catequesis es un proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de modo pleno y completo. Introduce más plenamente al creyente en la experiencia de la vida cristiana que incluye la celebración litúrgica del misterio de la redención y el servicio cristiano a los otros.

Las metodologías de la catequesis de Latinoamérica y del Caribe se apoya en bases presentes en el Directorio General para la Catequesis que permite:“la catequesis es el modelo en las actitudes evangélicas que Jesús sugirió sus discípulos cuando les inicio en la misión, son las que las catequesis debe alimentar: buscar la oveja perdida: anunciar y sanar al mismo tiempo, y la persecución, poner la confianza en el Padre y en el apoyo del Espíritu Santo; no esperar otro premio que la dicha de trabajar por el reino” .

Es necesario reconocer y alentar la valiosa misión que desarrollan tantos catequistas en todo el Continente americano, como verdaderos mensajeros del Reino: “Su fe y su testimonio de vida son partes integrantes de la catequesis “. En e contexto actual resalta la importancia de anunciar la palabra con valentía y amor al Señor en el servicio a la Iglesia, dedicando generosamente su tiempo y sus talentos.

En la conferencia sea a tratado con gran importancia la catequesis como mediadora y herramienta eficaz que permita una mayor en la fe y su manifestación practica en la vida social, tarea recomendada a los ministros de la iglesia y a los fieles que hacen parte esencial en la iglesia como promotores de fe en los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
Discípulos y misioneros de Jesucristo que, con su presencia ética coherente, siguen sembrando los valores evangélicos en los ambientes donde tradicionalmente se hace cultura y en los nuevos areópagos: el mundo de las comunicaciones, la construcción de la paz, el desarrollo y la liberación de los pueblos, sobre todo de las minorías, la promoción de la mujer y de los niños, la ecología y la protección de la naturaleza.

Los desafíos que enfrentamos hoy en América Latina y el Caribe en el mundo tienen una característica peculiar. Ellos no sólo afectan a todos nuestros pueblos de manera similar sino que, para ser enfrentados, requieren una comprensión global y una acción conjunta.
Se cree que “un factor que puede contribuir notablemente a superar los apremiantes problemas que hoy afectan a este continente es la integración latinoamericana. Por una parte, se va configurando una realidad global que hace posibles nuevos modos de conocer, aprender y comunicarse, que nos coloca en contacto diario con la diversidad de nuestro mundo y crea posibilidades para una unión y solidaridad más estrechas
Mediadora en la salvación María centro del amor del padre al hombre atestiguando su fe y el espíritu de oración del pueblo fiel, el cual advierte la presencia y la protección de la madre de Dios. En ellas, la virgen resplandece como imagen de la divina belleza, morada de la eterna sabiduría figura orante, modelo de la contemplación, icono de la gloria, aquella señora que se entrego como primera discípula al servicio de su hijo Jesucristo el señor. En la encíclica evangelium vitae (1995) Juan Pablo II concluye afirmando: “María es la palabra viva de consuelo para la iglesia en la lucha contra la muerte”. Mostrando a su hijo, nos asegura que las fuerzas de la muerte han sido ya derrotadas en ‘El:”Lucharon vida y muerte en singular batalla y, muerto el que es la vida triunfante se levanta”



CONCLUSION

La iglesia continua sembrando el evangelio de Jesús ene le gran campo de Dios. Latinoamérica en los diferentes contextos sociales mira al mundo con los mismos ojos con que Jesús contemplo la sociedad de su tiempo. El discípulo de Jesucristo, en efecto, participa desde dentro “los gozos y esperanzas de las tristezas y angustias de los hombres de nuestro tiempo. “Mira la historia humana y participa en ella, no solo con la razón sino con la fe. A la luz de está, el mundo aparece, a un tiempo, “

ADOLFO TRUJILLO
Propedeutico

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